Special Perks
Competencia amistosa
Completar partidas en asaltos, el Crisol o Gambito otorga una medalla de bronce. Completar partidas de Ocaso, Supervivencia o Pruebas otorga una medalla de plata.
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Lore
Orgullo de león
"Con puños como esos, ¿quién necesita armas? ¡Todos los demás, obviamente!". (Lord Shaxx)
Prak'kesh estaba sentado en su Avispón gris y estacionado en el lugar habitual en la base de la Torre. El exguardián sostenía un burrito de kimchi que compró en un puesto de alimentos ambulante con una mano mientras recorría los resultados del Crisol con la otra. Los Juegos de los guardianes siempre traían una gran afluencia de apostadores, y él necesitaba saber cuáles escuadras tenían las manos más talentosas. Este año parecía ser uno especialmente bueno para apostar.
El enorme guardaespaldas del corredor de apuestas, Tulnik, estaba apoyado contra la Torre mirando afiches cabal sugerentes. El excorsario chasqueó la lengua como si fuera una advertencia. La atención de Prak'kesh se desplazó del burrito a un trío de enormes titanes que venían hacia ellos. Un trozo de kimchi cayó sobre su chaleco de piel.
El líder de la escuadra, un Quiebrasoles, se cernía sobre el corredor de apuestas. "Tú, eh… tienes algo en tu camisa de pelo".
Prak'kesh tiró el resto del burrito sobre su hombro y salpicó el costado de la Torre. "Sí. Es… de alpaca". Se cruzó de brazos sobre la mancha. "¿Cómo puedo ayudarte?".
El Centinela dio un paso adelante. "Queremos apostar por los cazadores, a que ganarán los Juegos".
Las cejas de Prak'kesh se levantaron. "¿En serio? ¿Huelo partidas arregladas? Esto es enorme". Se inclinó hacia delante de forma conspirativa. "Zavala no está metido en esto… ¿verdad?".
Los titanes se miraron confundidos. El Asaltante habló: "No. Queremos apostar por los cazadores".
El corredor de apuestas frunció el ceño. "Sí. Van a apostar por los cazadores porque van a perder las partidas". Las miradas fijas tras los cascos lo hicieron aclarar. "Quiero decir, su plan es perder a propósito… ¿verdad?".
El Quiebrasoles parecía desconcertado. "Los titanes nunca pierden ante los cazadores".
"Sí, somos mucho mejores peleando", afirmó el Centinela. "Los cazadores siempre saltan con sus pequeños cuchillos o se esconden en el humo". Agitó los brazos incómodamente. "Pero solo levanto mi muro, y entonces Tanishe los golpea. Muy fuerte".
"Es cierto", proclamó la Asaltante con seriedad. "Puedo golpear muy fuerte".
"Entonces, su plan es ganar", aclaró Prak'kesh. El trío asintió enfáticamente. "Entonces, ¿por qué…", preguntó lentamente el corredor de apuestas, "quieren apostar por los cazadores?".
El Centinela se rio. "El elemento sorpresa, amigo. Nunca lo verán venir". Él y el Quiebrasoles chocaron los puños.
"Pero todas las apuestas son confidenciales", explicó Prak'kesh.
"No estaríamos aquí si no tuviéramos confianza", alardeó el Quiebrasoles.
Prak'kesh se tocó el puente de la nariz con el dedo pulgar y el índice. Estaba empezando a darle un dolor de cabeza. "Quiero decir que todas las apuestas son secretas. Nadie sabrá lo que apostaron".
"Obviamente", dijo el Quiebrasoles con condescendencia. "No sería una sorpresa si todo el mundo lo supiera".
El Centinela se tocó la sien con su enorme dedo. "¿Ves? Los hechiceros no son los únicos a quienes se les ocurren centrifugios inteligentes".
Prak'kesh levantó las manos, rendido. "Bien, aceptaré la apuesta". Sacó su tabla de datos. "Pero quiero ser muy claro: si los titanes ganan los Juegos de los guardianes, nunca volverán a ver este lumen".
"Hay más en la vida que lumen", dijo el Quiebrasoles. "Estoy ansioso por ver la mirada en sus estúpidas caras cuando se enteren".
El corredor de apuestas se encogió de hombros. "Entonces, trato hecho. Buena suerte en los Juegos… Supongo".
