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GREAVES OF ASCENDANCY
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Lore
Grebas de la ascendencia
"Piso fuerte". (Yardarm-4, titán de kentarchos 3)
Yardarm-4 observó a Lisbon-13 rumiando algo.
La volverá contra nosotros.
Jamás.
Lo hemos acogido. Aceptó nuestros obsequios, pero ahora nos teme. ¿Te parece algo normal?
No. Pero siempre ha sido un poco raro.
Aquel pensamiento llegó a Yardarm-4 cargado de una sorprendente cantidad de afecto. Lisbon-13 era su amigo.
"No hemos venido aquí para esto", comenzó Lisbon-13.
"Claro que no. ¿Quién lo habría predicho?", interrumpió Rekkana. "Pero ahora, con todo lo que ha pasado, ¿acaso importa cuál fuese nuestra misión? Esto es mucho más importante".
"También impresionante. No olvides lo de impresionante", espetó Yardarm-4. Quería decir mucho más, dar con un término mejor y más sentido que "impresionante", pero entonces intervino Lisbon-13.
"Pero esto... estos poderes que nos han concedido... vienen del bando equivocado".
Rekkana no podía mirarlo a los ojos. "Yo no estoy tan segura".
¿Cómo podía dudar? ¿Qué importaba de qué bando vinieran?
"¿Os acordáis de Ío?", dijo Yardarm-4, dando un paso al frente. "Estábamos atrapados en aquel contenedor de carga, se nos acercaban falanges por todos lados y tú... malnacido... te escapaste por un agujerito que había al fondo y saliste corriendo. Pensé que nos habías dejado tirados".
"Nunca", soltó Lisbon-13.
Lo dice en serio. Es buena señal.
"Ya lo sé", continuó Yardarm-4. "Esa caja parecía una maraca gigante con todas esas las balas, había explosiones y nosotros disparábamos cuando podíamos. De repente, en medio del asunto, te oí gritar. Fue como el grito de un alma en pena. Volviste aullando en un interceptor con el psiónico todavía dentro. ¡Lo estabas pilotando con su cabeza!"
"Lo recuerdo", dijo Lisbon-13 mientras intentaba rodear a Yardarm-4, pero él se mantuvo firme e intentó captar su mirada.
"Y embestiste a cuatro falanges por un flanco con él. Y luego, después... ¿Te acuerdas, Rekkana?".
"¿Cómo olvidarlo?".
Bien. Que nadie lo olvide.
"Empotraste el interceptor contra los escudos de otra falange y ¡cabalgaste la explosión! Y, cuando tocaste el suelo tras ellos, ¡bum! Fue lo más bonito que he visto en mi vida".
Lisbon-13 se detuvo y miró a Yardarm-4 a los ojos.
Ahí está. La oportunidad de cambiar las cosas.
"Así estamos nosotros en este momento. Haciendo lo que tú hiciste. Todo este universo es como aquel contenedor, y la Última Ciudad, la Vanguardia, el Viajero... Todos están dentro de esa caja. Pero nos acabamos de escapar por un agujero en la parte de atrás. Y hay un interceptor, y ni siquiera lleva un psiónico dentro".
Lisbon-13 entrecerró los ojos. ¡Se lo está planteando!
"Pero aquí la metáfora se vuelve un poco turbia, porque, en vez de solo un interceptor, hay un interceptor para ti, un Goliat para mí y un triturador para Rekkana. ¿Cómo habría sido aquel combate de haber tenido toda esa potencia de fuego de nuestro lado?", concluyó Yardarm-4, triunfante y casi sin aliento, lleno de admiración y amor por su escuadra.
Lisbon-13 frunció los labios y Yardarm-4 casi pudo sentir físicamente ese cambio de chip. En su cabeza, pudo ver el timón de un barco girando desbocado e indómito.
"Muy feo", gruñó Lisbon-13, y les dio la espalda.
