Related Collectible
Lore
Grebas Juramento del Legado
"He viajado mucho y he visto muchas cosas. No sé cuánto ni hasta dónde, solo sé que todavía no he terminado". (Micah-10)
Micah-10 deambula por las sinuosas colinas de la Antigua Rusia como tantas veces ha hecho a lo largo de los años. Como lo hará por muchos años más.
Una manada de Espectros la sigue, sus diminutos ojos azules parpadean ante el paisaje. Micah ha ayudado a muchos Espectros en su búsqueda (es más fácil encontrar guardianes si alguien los protege de los carroñeros caídos), aunque secretamente desearía que ellos la ayudaran alguna vez. ¿Tan difícil es encontrar una nave que funcione?
Pues es muy difícil, sobre todo si la nave tiene que cruzar la atmósfera y alcanzar Júpiter. Porque, mientras sus amiguitos andan en busca de su futuro, Micah tiene sus brillantes ojos puestos en el pasado: en la Cripta de la Piedra Profunda.
Antes, pensaba que estaba oculta en la Tierra, enterrada bajo la nieve de Siberia, pero ahora sospecha que está en un lugar mucho más oscuro y solitario. Un lugar muy frío que ella conoce bien.
Ha soñado mil veces con él, ha librado mil batallas en el campo dorado que hay bajo la torre negra. Y una de cada cincuenta veces, en pleno caos, un viejo le pone una mano en el hombro, paternalmente, y le dice: "Solo es cuestión de acostumbrarse. Hace más frío que en Marte". Cada cien veces, entra a la torre y encuentra a otro hombre sentado en un sillón, escribiendo en una libreta. "Los sueños son mensajes de las profundidades de tu interior", le recuerda. "El sueño se repetirá hasta que descifres ese mensaje".
Todas las veces, sin importar a quien vea o lo que oiga, Micah-10 despierta sintiendo que algo tira de ella hacia el espacio. Piensa que se le habrá soltado algún imán interno y maldice a sus creadores. En los humanos, las sensaciones corporales son un sistema de comunicación: la conexión entre lo mental y lo físico. Pero, en los exo, no son más que engaños. Frío, calor, hambre, cansancio, dolor… Las señales no están conectadas a carencias o daños reales. Su cuerpo es impenetrable. En las pocas ocasiones en las que recibe daño, no se da cuenta si nadie se lo dice.
En ese sentido, los Espectros sí que la ayudan.
