Lore
Banda Solsticio (Reencendida)
Las luces más brillantes, a veces, se consumen más deprisa.
Ikora mordió el casquillo del proyectil que acababa de vaciar, con un gruñido de dolor lo bastante contenido como para que no pudieran oírla. Por fin había soltado el lanzador de metralla. Cayó a las rocas bajo sus pies.
No recordaba cuánto tiempo llevaba en Ío. Otra cosa que había perdido en esta vida sin Luz. Había perdido la cuenta de cuántos miembros de la Legión Roja había eliminado, pero recordaba perfectamente lo cerca que había estado de morir. Tenía cicatrices.
Había perdido la escopeta, rota cerca de la torre de vigilancia de una base de la Legión Roja a unos pocos kilómetros al este. La había vaciado disparando a un incendiario y, luego, la usó para apalear a un psiónico. Y las naves seguían sobrevolándola. Las patrullas eran frecuentes. Nada había cambiado.
Nada. Excepto ella. Herida, exhausta, sin poder. Sin nada que avale su... ¿heroísmo? No. Podía admitirlo ahora. Cerró los ojos, solo por un minuto.
Cuando despertó, lo miró: el último lugar tocado por el Viajero. Poco a poco, se levantó y se acercó al barranco.
Y esperó.
