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Lore
Rapidez Crítica
Pueden pasar muchas cosas en 72 horas. Tres días pueden cambiar el curso de cientos de vidas.
Las señales de la Oscuridad desaparecen en menos de dos días.
Los residuos de éter se degradan en tan solo 4 horas.
Los aceites rituales de la colmena se disipan en menos de 20 minutos.
Los agentes Encubiertos debéis comprender que las pruebas son efímeras y que el tiempo es vuestro enemigo. Eso significa que deben actuar rápido, pero sin prisa. Siempre sin prisa.
Baja las manos. Reconozco ese atuendo.
Unos años después de entablar amistar con Ikora Rey, mucho antes de la Última Ciudad, llegamos a un asentamiento cerca de las ruinas de Sturivon en la ZME. Habían masacrado a todo el mundo, no quedaba ni un solo testigo. Sin embargo, incluso entonces, Ikora conocía bien las armas de los caídos y reconoció de inmediato las marcas de los impactos. Enseguida organizó un asalto contra el campamento de los caídos en las colinas cercanas.
Pero cuando llegó, solo encontró a los enfermos y a los niños, completamente desarmados.
Si Ikora hubiera investigado con más meticulosidad las ruinas del asentamiento, habría descubierto las huellas de botas humanas. Verás, al parecer, el señor de la guerra Benyo Lukacs había atacado el campamento unos días antes. Hizo que varios de sus soldados empuñaran las espadas y robaran sus armas.
Ikora pasó 14 horas rastreando el campamento de los caídos y otras 11 volviendo sobre sus pasos en busca de pistas que hubiera podido pasar por alto. Sus prisas le dieron a Lukacs una ventaja de 25 horas, tiempo suficiente para eliminar otras dos caravanas de refugiados. Ciento ochenta y cuatro vidas perdidas…, todo por no dedicarle cinco minutos más a la investigación.
Empezad vuestras vidas nuevas comprendiendo la diferencia vital entre prontitud e imprudencia. A menos que os creáis lo bastante fuertes como para cargar con el peso de 184 errores.
(Grabación de audio, clase avanzada de Introducción a las Ciencias Forenses, Ofiuco)
