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Lore
Almete Juramento del Legado
"Sylvie era la oveja negra de la familia. Siempre que podía, ponía a mi hijo en mi contra. Y fue la responsable de su muerte". (Clovis Bray I)
SYLVIE
Tu madre grita horrorizada. "¡No! ¿Il torture ma fille aussi? ¡Elsie, dime que no eres tú! ¡Dímelo! ¡Dime que no te ha metido en ese lazareto andante para que mueras!".
"Mamá. Mamá, por favor. Je vais bien; je ne suis pas comme mon père, inshallah", dices, pero no te cree. No sabes qué decirle, porque solo la recuerdas como un sentimiento cálido. Ella solloza y tú percibes el aroma de las aminocetonas y los ácidos de sus lágrimas. Los opiáceos salados brillan sobre su piel. Quieres esconder la cara, taparte. Cada vez que te mira, grita y llora más.
Al final, te resignas a instalarte en la pequeña cama de invitados. La casa está llena de recuerdos de tu padre, que murió en un cuerpo igual que el tuyo. Sylvie lo quería con locura, tus hermanas te lo contaron. Y Clovis II la quería. Incluso después de haberle sido infiel.
Por fin logras dormir, pero no es un sueño reparador. Sueñas con asesinatos, sangre caliente y un maniquí hecho de cuchillos. Recuerdas colarte en una torre con celdas y matar a un prisionero tras otro hasta llegar a la cima.
Despiertas gritando, casi te caes de la cama, pero mamá estaba ahí para sujetarte. "Calma, todo está bien. Solo ha sido un sueño".
Te aferras a ella y ahora eres tú la que solloza. No sale nada de tus ojos mientras intentas explicarle tu sueño. "Todos a los que conocía estaban en esas celdas", dices casi sin aire. "Tú, papá, Willa, Ana y Alton…".
"Ay, mi vida", susurra tu madre. "Pues claro que sueñas con matarnos. Tu abuelo te hizo así. Y él mata todo lo que toca".
