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Lore
Peto Juramento del Legado
"Lo necesario y lo correcto no son necesariamente lo mismo. Lo único que importa es lo que mejor te funcione". (Lisbon-13)
Piri, el espectro de Lisbon-13, murmuró: "¿Qué hemos hecho?".
"Lo que había que hacer".
Lisbon-13 levantó su arma hacia ella.
"Ah, ¿sí? ¿De verdad que…? ¡Vaya!", exclamó Piri y se apartó cuando el rayo de energía desintegró la maraña de enredaderas por donde volaba.
Lisbon se dio cuenta de que Divinidad era demasiado lenta. Desenfundó su cañón de mano.
Fragmentos de piedra de una explosión cercana impactaron contra la carcasa de Piri. Esperaba poder acabar con esto razonando, pero ya no había tiempo para pensar, solo para correr.
"¡Escucha, Lisbon! ¡Por favor!", suplicaba Piri. A cada palabra le seguía un disparo de su arma. Ella esquivaba las explosiones. "¡Si tanto quieres dispararme, te dejaré! ¡Pero dime por qué!".
En respuesta, una granada cruzó volando. Piri había visto esta táctica demasiadas veces y no se dejó engañar. Corrió hacia el explosivo y se resguardó bajo una roca. El estallido agitó sus sentidos, pero Piri no tenía tiempo para recuperarse. Avanzó con rapidez por el terreno humeante, a pocos centímetros del suelo, sabiendo que Lisbon la estaría buscando por algún extremo de la nube de humo.
Entonces, en un instante, encontró los pies de Lisbon-13 en el humo. Estuvo a punto de contra él. Admiró su habilidad para pensar como los demás y adelantarse a sus movimientos. Supo que tenía que hablar, ¡y rápido!
"Vale. Vayamos por partes. Ya me he dado cuenta de que quieres destruirme, ¿pero por qué? ¿Para qué?", preguntó.
Lisbon-13 permaneció en silencio.
Entonces lo comprendió. Piri se agitó en el aire, no podía creérselo. "Quieres que el secreto muera contigo. No. No, no, no. No puedes suicidarte. ¡No puedes! Seguro que hay alguna alternativa, Lisbon".
Lisbon-13 fijó la mirada en el humo que se elevaba. "Tiene razón. Esta no es la forma de hacerlo".
"¿Qué?".
Lisbon-13 no miraba a su Espectro. "No es que el poder sea demasiado grande, es la carga lo que es demasiado grande".
"¿La carga?", preguntó Piri. El Espectro se agachó cuando Lisbon-13 avanzó rozándola.
Luego, se detuvo, contemplándose de nuevo a sí mismo.
El doble, este otro Lisbon-13, se estiró y puso una mano sobre el hombro del Lisbon-13 que se encontraba unos pasos por detrás de Piri.
"Nunca has dudado de ti, ni un momento. Los otros revelaron sus debilidades, su orgullo y su ensimismamiento, pero tú recuerdas bien lo que dijo Rekkana", afirmó.
Lisbon-13 asintió. "Si hay alguien que puede asumir la responsabilidad de este poder…".
"Ese eres tú", el doble terminó la frase. "Lo que te da miedo no es la responsabilidad que has asumido, es la carga…", continuó el doble mirando de reojo al Espectro, "… de tener tanto poder y no ser capaz de conseguir lo que quieres".
Tanto a su escuadra como a su Espectro, Lisbon-13 les pareció distante y frío. Las discusiones desde el Jardín Negro, las peleas, ¡había suplicado tantas veces ponerle fin a la lucha! Estaba claro que algo había muerto en el interior de Lisbon-13, algo que su doble había aniquilado en las grutas del jardín. Pero, ahora, una parte de la calidez del viejo Lisbon volvía a resplandecer al estrechar la mano de su doble. "¡Has sido tú! Lo has echado todo a perder", dijo.
"Todos somos responsables de nuestras decisiones. Tú decidiste seguir este camino y ellos el suyo. Ahora toca elegir un nuevo camino. Juntos. Podemos ayudarnos. Podemos liberarte de eso que querías. Podemos aligerar tu carga".
Piri sabía lo que pasaría después. Se resguardó anticipándose a las explosiones y se preparó para ayudar a Lisbon.
Pero no hubo explosiones.
"¿Puedes hacer que la olvide?".
La sombra de Lisbon-13 lo abrazó. "Sí".
